
Markus Sell, de Jonschwil en Suiza, hizo un invento muy insólito, al que llamaremos… coche-moto. Y es que montó la parte trasera de un coche en una motocicleta.
Los asientos no es lo que más llama la atención, es más bien el hecho de que estaba llegando hasta 70 ph (112 km/h). Sin embargo, su primer viaje se truncó cuando él fue detenido por policías de tránsito.
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