El dinero es un bien muy codiciado por la mayoría de las personas. En torno a él, existe la idea de que cuanto más dinero se posea, mejor vida tendremos y más felices seremos. Hay quienes lo utilizan de forma descontrolada y otros, por el contrario, son comedidos y prudentes en su uso.
1. La necesidad del dinero
Dinero. Permite mantener un nivel de vida de acuerdo a los ingresos.
El dinero es un medio de intercambio a través del cual obtenemos otros bienes. Con él, satisfacemos necesidades básicas como la alimentación, vivienda, ropa, educación, etc. Es necesario para vivir en nuestra sociedad actual de manera digna y se obtiene mediante el trabajo personal de cada uno.
Una vez satisfechas las necesidades básicas, lo normal es que las personas se adapten a sus ingresos económicos, manteniendo el nivel de vida que sus ingresos les permiten.
No obstante, hay personas que despilfarran y viven por encima de sus posibilidades económicas y otras que, por el contrario, ahorran todo cuanto ingresan, llevando una vida mísera.
2. Malos usos del dinero
Hay quienes administran mal su dinero, no llegando ni siquiera a cubrir las necesidades básicas. No tienen capacidad para administrarlo y no le dan importancia a cómo hacerlo. No son capaces de organizar sus gastos ni de tener un mínimo de ahorro, lo que les puede traer, en muchos casos, graves problemas económicos.
Otras personas llevan una vida de ostentación y utilizan el dinero para comprar cosas innecesarias o que suponen un gasto muy superior a lo que ellas pueden mantener. Suelen comprar motos o coches excesivamente caros para ellos o cualquier cosa nueva que salga al mercado. Viven de cara a los demás y les produce satisfacción que otros piensen que tienen un nivel de vida superior.
3. Cómo influye en las personas
Algunas personas tienen un gran poder adquisitivo y, sin embargo, no son grandes consumidores. Viven una vida austera y controlada, desenvolviéndose dentro del nivel social y económico en el que se encuentran con las exigencias económicas que eso conlleva pero sin excesos. Utilizan el dinero con prudencia y no se crean necesidades superfluas.
Muchas de ellas, son personas generosas y con un gran sentido de la solidaridad que destinan parte de sus ingresos a quienes saben que lo necesitan como algún familiar o personas cercanas a ellas o a cualquier organización benéfica.
Otras, por el contrario, llevan una vida exageradamente consumista, sin saber por qué gastan de esa forma y qué es lo que les mueve a ello. Se mueven por el simple impulso del deseo, compran porque les apetece, no porque lo necesiten; no tienen límite. Este caso, es un hecho que nuestra sociedad de consumo ratifica, incitando a las compras caprichosas.
La mayoría de de estas personas no son generosas ni solidarias y, en el caso de serlo, no lo son en proporción a sus gastos. Se crean cada vez más necesidades personales, pensando siempre en su futura compra y perdiendo la visión de las necesidades de los demás. Dar parte de sus ingresos, ayudando a quien lo necesita más que ellas les llegan a suponer un gran esfuerzo, pues están inmersos en su mundo personal en el que cada vez necesitan más cosas.
Hemos de hacer mención al dicho popular que reza: "No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita".
4. ¿Cambia el dinero a las personas?
El dinero proporciona seguridad, poder, comodidad, tranquilidad, etc. Es unbien muy codiciado, que posibilita hacer y obtener cosas que sin él no se podrían realizar.
Muchas personas le dan un valor al dinero más allá del de cubrir las necesidades básicas o el de aportar una cierta comodidad en sus vidas. Se crean necesidades cada vez mayores, no se limitan a lo estrictamente necesario para vivir dignamente, sino que tienen un deseo insaciable de adquirir bienes y para ello, la única manera de lograrlo es a través del dinero.
Es fácil encontrarnos con personas que miden la valía personal de otros por lo que poseen, por la clase social en la que se encuentran o por su puesto de trabajo. Por ello, no es extraño que el dinero influya en ellas de manera extraordinaria y, si sufren un cambio positivo en cuanto a sus ingresos o un ascenso en su trabajo, el trato con sus compañeros o amigos varíe.
Algunas personas relacionan el dinero con la idea de felicidad, consideran que muchos de sus problemas se solucionarían con un aumente de sus ingresos. Es verdad que una mejora en el nivel económico puede solucionar bastantes problemas. Sin embargo, no es cierto que exista una relación con el sentimiento de felicidad. Es cierto que personas que experimentan grandes cambios económicos en su vida, sienten una cierta sensación de felicidad durante un tiempo, pero suele durar poco.
Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga. Especialista en infancia y adolescencia.
Granada.
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